Rachel es acogida en un convento tras la muerte de su madre, donde descubrirá los placeres y perversiones del sexo.
Tras una dura y tortuosa estancia, abandona el lugar y es recogida por su tío, aunque su felicidad acabará pronto al descubrir los perversos planes de éste, pues su intención desde el principio ha sido convertir a Rachel en una esclava sexual