Yuriko se encarga de la posada de su difunto esposo, el cual no se encuentra bien económicamente, así que ella necesita proveerle a sus clientes un servicio especial. Un día, un hombre lesionado, que no recuerda quien es, termina hospedándose en la posada. Aunque Yuriko desarrolla sentimientos por él, ella trata de mantener sus labores extras como un secreto, pero de igual manera el se entera y de hecho le ayuda... le ayuda a ser mejor en lo que hace por supuesto.