Mientras pasa unas vacaciones con su hija adoptiva, el detective privado Susuki se ve atrapado en un hotel en la montaña con unos cuantos turistas después de que una tormenta los dejen aislados. Todo va bien hasta que uno de los invitados es encontrado muerto brutalmente. Como buen investigador, Susuki se pone manos a la obra para encontrar al asesino, destapando muchos trapos sucios de el resto de personajes y revelando un par de cosas de su propio pasado. Pero, como Susuki se empeña demasiado en encontrar al asesino, el resto comenzará a apuntarle con el dedo a él.