Tras muchos años de dolor, la Segunda Guerra ha terminado, pero eso significa que es el momento de recuperar lo perdido, de reconstruir y de sanar las heridas. En algunos lugares, como en las grandes urbes, esta misión se muestra laboriosa aunque posible, mientras que en otros sitios, alejados de las ciudades, el progreso llega lenta y angustiosamente.
Ubicada cerca de la costa del Mediterráneo, Simitra es una pequeña villa griega cuyos habitantes aún esperan los grandes cambios que augura el auxilio de la tecnología, y es en este apacible lugar donde Mina y Porphyras, dos jóvenes hermanos, viven una infancia sencilla pero alegre.
Dulce y disciplinada, la pequeña Mina ayuda a su madre en las tareas del hogar, mientras que el atrevido Porphyras vive soñando el día en el que pueda ayudar a su padre en la nueva gasolinera y poder ponerse uno de sus elegantes uniformes rojos. Es entonces cuando llega la tragedia: un fuerte terremoto acaba con Simitra y todos sus habitantes, siendo Mina y Porphyras los únicos sobrevivientes.
Desamparados y ante un Estado que prefiere deshacerse de ellos cuanto antes, los hermanos son enviados a un orfanato en el oeste de Europa. Sin embargo, Mina desaparece durante el trayecto. Separados por crueles circunstancias, Mina y Porphyras empiezan a vivir sus propias historias a lo largo de todo el viejo continente, esperando reencontrarse algún día para buscar un nuevo hogar.