En una ciudad llamada Champon, un científico crea una forma de vida sintética llamada Noiseman, que borra las ondas hertzianas de la música transformándolas en cristales. Un grupo de jóvenes bikers se rebelan contra Noiseman para poder controlarlo.
Producida en visual C, este corto de 1997 es uno de los mejores trabajos de Koji Morimoto. Él está trabajando en otros proyectos, como parte de Animatrix. Otro crédito a detallar en esta película es Yoko Kanno, que transforma magistralmente el ruido y las ondas hertzianas en música.